Siempre hay un momento.
Siempre hay un momento
para saber,
que siempre hubo un antes
y siempre habrá un después.
Que las cosas se aparecen
sin darte apenas cuenta.
Que los días se suceden
sin tiempos de espera.
Que al final todo acaba
donde empiezan
cosas nuevas.
Siempre hay un instante
para creer,
que detrás de cada causa
siempre habrá un porqué,
que no hay respuestas
sin preguntas, ni raices
sin suelo donde crecer.
Que los principios
siempre empiezan
cuando los finales
se vuelven del revés.
Así fue escrito en la piel
del aire,
gravado en la memoria
que nos lleva
como un río de papel.
Te he dibujado un sueño
en las nubes de la tarde.
Asi te he querido,
sin principios ni finales.
Así te hubiera querido
sin querer perderte.
( De "Poesía del Silencio". D. Milà)
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