Del mundo en mí

Si hablamos de mí  lo primero que se extraña es mi nombre. Quiso mi abuelo llamar a sus tres hijos "Victoria Socialista Del mundo". Mi tío Delmundo murió a los veintiún años y yo heredé memoria y sueño, poca cosa para las mentes estrechas de una dictadura que no estaba por el libre albedrío. Negaron el nombre sin ni siquiera haber sido reconocido. -"Edmundo"-dijo el juez de paz - "ése sí que es nombre de santo"-, y con él anduve muchas años pensando que las personas se llamaban distinto a como eran nombradas. Delmundo no tuvo que ser nombre de buen gusto para el registrador de personas pero menos aún lo fue la ausencia de matrimonio de mis padres que decidieron unirse por amor sin el beneplácito de un estado que reciclaba perdedores al ritmo de la desmemoria, daba razón de mi naturaleza una simple nota al margen en la partida de nacimiento. Yo era simplemente "Ilegítimo".
Por tanto mejor no llamarse,mejor negarlo todo y con los bártulos de la palabra a otra parte.

Y la palabra vino pronto, por  vía oral en la voz de mi madre, por la piel en forma de libro.Y mi abuelo custodiando la biblioteca donde los perdedores se refugiaron junto a un ejército de sílabas descargadas de futuro.Y mi padre escondido en la justicia del Coyote.Y la Araña Negra desurdiendo la escasa moral del personal. Y las mil y una noches de hostias divinas y besos cortos. Y los campos de tantos pueblos heridos en ediciones malnutridas de bolsillo. (Las cosas de comer se servían en la tapas frías de las enciclopedias de consumo).Y descubrí mi propio cuerpo, descubrí de dónde vengo, supe del miedo a la libertad de una especie que habita un frágil planeta en el multiverso.

Y bebiendo de todos.Y un sinfín de personas en las que he ido vertiendo lo que soy, un eslabón en esa cadena de desmemoria que inunda el engranaje extraño de estos lugares en los que fijo el alma y el sentido para no verme ahogado en mi propio mundo.

Y ahí sigo. Viviéndome intensamente con quienes me rodean y conocen de mí, haciendo lo que creo mejor me define, hablando de lugares, de historias, de sentimientos, del tiempo que nos engulle a todos, de la materia de la que están hechos los sueños, de esta cotidianeidad apasionante que nos hace ser un poco, un poco más humanos.

                                                                                                                 Delmundo Milà

1 comentario:

  1. Algunes vegades he viscut experiències més agradables, però mai he cregut estar fora del mundo.

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