No estamos para ensoñaciones, no hemos venido a este mundo
posible para vagar como sonámbulos por los corredores de la miseria colectiva,
no transitamos las carreteras del insomnio hacia ninguna parte. Sabemos que el
mundo es pequeño, somos muchos y deseamos habitarlo hasta en el más pequeño de
sus confines. Es nuestra herencia, abarcar el hoy sin confundir el tiempo con
el espacio. Es nuestra profunda rebelión al sueño desquiciado del ego.
No queremos ensoñaciones
huecas . Somos caminantes con sandalias de esparto. Los otros sin ti no
son nada. Tendrás que comprenderlo, amigo, necesito ser oído en mi resistencia
para que tú puedas existir. Pero no habrá camino sin tránsito, ni ciudades sin
sueños, ni planeta sin palabras. Hemos de construir lo nuevo con cimientos de
memoria y ladrillos de sueños, con el sueño profundo de una especie que no se
resigna a ser engullida en la barbarie de unos pocos. La guerra y la
destrucción ha sido el legado. No nacimos para durar mil años. Somos muchos
para construir la ciudad de lo posible. Un lugar llamado mundo.
El legado de la memoria es un libro de texto abierto,
reescribámoslo, resistamos al guión preestablecido con nuestra existencia, una
sola existencia es un grito de humanidad inconclusa, una voz que tiene que ser
oida para preservar otra existencia.
de "Sueños REM" 2015