Nadie vió venir el desaliento,
ni la lluvia, ni las nubes, ni los pájaros.
Ni siquiera el viento pudo,
ni las piedras, ni los muros, ni los cielos,
Ni los hombres pudieron verlo,
ni la tierra, ni el barro, ni el polvo seco.
Ni el grito desgarrado de los perros,
ni el claxon enloquecido de un auto,
ni las altas campanas del campanario,
ni el eco sordo de un comercio,
ni el llanto ahogado de los niños,
Nadie pudo escucharlo.
Nadie pudo callar al río,
sólo una marea voluntaria pudo
atravesar los puentes blancos,
surcar las calles acostadas
sobre un manto de olvido.
Ni políticos, ni princesas, ni caudillos,
Nadie pudo verlo,
ni oirlo,
ni callarlo,
ni el alma desesperanzada
de un pueblo,
Ni los días de aquel octubre roto.
Delmundo Milà.
( Poema escrito para el concierto solidario en el Teatro Montecarlo. Buñol 15 de diciembre de 2024 )
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