sábado, 7 de diciembre de 2013


“Los niños gritaron entonces al crepúsculo desnudo donde cada voz es refugio de una mirada, donde se clavan las ilusiones perdidas en las manos de la inocencia y no hay consuelo de luz para un silencio aterrador que ciega el alma. Hubieran dado su vida por cambiar el rumbo de la historia con una sola palabra, por enterrar siglos de miseria larvados en los huecos de la ira. “¡No hablarán las piedras!”- se decían exhaustos unos a otros en aquella mañana triste. “¡No hablarán las piedras!”.

                                                      Delmundo Milà de "Viaje a los confines de la nada".

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