miércoles, 25 de abril de 2012


De qué le vale al hombre arrancarse los ojos, borrar los labios y perder la palabra. Dibuja cuanto eres en un gesto, mira sin mirar la luz  que te llama, nombra las cosas tan despacio como puedas y vive el tiempo como si fuera esencia de agua.

Y si te rompen los adentros en un golpe seco de ira desatada, y te sangran la memoria y te revientan el alma , entona entonces este poema y desgarra los versos con el filo desnudo de tus lágrimas.

Y aprenderás de la dignidad si se llevan la esperanza. Guardarás la risa si te roban la palabra. Y aunque nunca olvidarás al otro, después de todo, ama, ama, ama, como si te fuera en ello la última mañana.

(De "Poesía de los pueblos del agua". D. Milà, 2011)

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