De qué
le vale al hombre arrancarse los ojos, borrar los labios y perder la palabra.
Dibuja cuanto eres en un gesto, mira sin mirar la luz que te llama, nombra las cosas tan despacio
como puedas y vive el tiempo como si fuera esencia de agua.
Y si te
rompen los adentros en un golpe seco de ira desatada, y te sangran la memoria y
te revientan el alma , entona entonces este poema y desgarra los versos con el
filo desnudo de tus lágrimas.
Y aprenderás de la dignidad si se llevan la
esperanza. Guardarás la risa si te roban la palabra. Y aunque nunca olvidarás
al otro, después de todo, ama, ama, ama, como si te fuera en ello la última mañana.
(De "Poesía de los pueblos del agua". D. Milà, 2011)
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