domingo, 26 de octubre de 2025

miércoles, 8 de octubre de 2025

Algoritmos capitales.

En 2008 cuando publiqué "Del mundo en mí ( y otros extraños)" el mundo económico que conocíamos había estallado en pedazos para las almas pobres y los desposeídos. 

En occidente, las calamidades de la crisis de las hipotecas basura golpeaban a todos aquellos que creyeron que con deuda iban a ser parte del club de los ricos, muchos hicieron fortuna, es cierto, engañando con el precio antes de la debacle a otros incautos; vendiendo lo que les había costado 7 por 17, pero fueron unos pocos, la mayoría sintió el frío del capitalismo financiero "salvaje"- que siempre había estado ahí- esperando como ave de rapiña que el fruto envenenado hiciera mella en el cuerpo social, en el mismo cuerpo social tantas veces asesinado en la historia y ahora desgarrado con virulencia en forma de deuda.

El sur global no existía para nosotros. Eran "aquell@s niñ@s" que salían en el telediario a la hora de comer, trabajando en las minas, con el gesto de la resignación envuelto en moscas y un famélico cuerpecito de"capital humano a disposición del señorito colonial", que lo mismo servía como repuesto de riñones o hígados, que como juguete sexual de unas élites cansadas de vivir por encima de las posibilidades de los demás.

En esa debacle humana concebí uno de los poemas que componían " Del mundo en mí...: Ejercicios Capitales".
El tema del poema proponía cuantificar la maldad humana en forma de lenguaje poético. Encontré dos problemas en el planteamiento: 1. Necesitaba unir materia con conciencia; 2. Que el resultado fuera universal ( lo que yo entiendo como esencia de la poesía).

Para resolver el primer problema utilicé la matemática como forma de lenguaje. La matemática da razón de la cantidad de materia que existe, lo mensurable ( sumar, restar, multiplicar, dividir etc...). Las maldades serían las magnitudes sobre las que operar. ¿ Pero dónde buscar esas maldades que pudieran servirme para operar materia con conciencia?. 

Sucedió en la antigua Persia, hoy Irán, sobre el siglo X antes de nuestra era, fue Zoroastro ( Zaratustra) el ideólogo de la dualidad Bien-Mal. El mal existía desde siempre independientemente del ser humano. 

Pero a mí me interesaba desglosar el mal en cantidades tangibles de conciencia para poder medir su interacción y encontrar resultados universales. ¿ Lo habría hecho alguien?. La respuesta estaba en "la Divina Comedia" de Dante. El poeta que sistematizó la maldad en siete pecados capitales y los ubicó en el universo conocido. El verdadero ideólogo del bien y del mal concretizado. La cuantificación matemática de los miedos que dan razón de la supervivencia del cristianismo. Un poeta que construyó el mundo que conocemos en 14233 versos. 

Conocidas las magnitudes de la conciencia ( los siete pecados capitales) y la mensurabilidad de la materia por medio de las matemáticas, ya podía obtener resultados universales. Lo llamé "Ejercicios Capitales" y era una homenaje a Dante Allighieri en tono irónico, usando precisamente la poesía para desmontar un edificio conceptual que ha tenido alejado a Occidente y buena parte del mundo del camino de la sabiduría y la humanidad que no vuelve la cara ante las matanzas de niños.

La evolución de esos "ejercicios capitales" sin duda alguna serán "Los algoritmos capitales". Nuevos miedos para mantenernos alejados de la sabiduría y la dignidad. Otro día os comparto un nuevo pecado capital sobre el que estoy trabajando.

Aquí el poema " Ejercicios Capitales". de ( "Delmundo en mí y otros extraños". 2008. ed. " La poesía es nutritiva").