lunes, 2 de diciembre de 2013

                     Cien mil millones de seres humanos

Según mis cálculos hemos habitado la tierra unos cien mil millones de seres humanos desde el Homo Erectus. Cien mil millones que a su manera han pensado, vivido y amado a otros seres humanos como ellos y todos, todos, han sido necesarios para continuar con esta especie que algún día acabará como han acabado todas las especies, extinguiéndose. Con nosotros se irá nuestra consciencia, nuestras obras, nuestro pensamiento y la vida continuará de cualquier manera en cualquier sitio. A veces es descorazonador pensar que sólo en dos generaciones se pierde la memoria de cada uno de nosotros. Yo recuerdo a mi abuelo pero mi nieto ya no lo recordará a él. Es lo que hay.

                                                                                                                      Delmundo Milà, 2013
 
                                          Lao Cai
            
Dicen que Lao Cai no supo cómo dejar su conciencia tranquila después de preferir su fortuna a su amor y aún siendo joven asistió al entierro de su amada. Así que después de que el último convidado abandonó aquel campo, se arrodilló solo sin lágrimas ante el montículo de tierra, agarró con su mano la raíz seca de un cerezo y surcó el suelo con su punta en un movimiento recto.
Dicen que volvió varios días seguidos y que cada uno de ellos volvió a horadar la tierra con un surco nuevo, uno junto al otro, con el mismo trozo de raíz seca de un cerezo. Así lo hizo un día tras otro, hasta que no tuvo fuerza el viento para borrar con su lengua aquel campo sembrado de gestos.
Y pasaron las nubes blancas llenando el suelo de alimento, y construyeron los pájaros nidos sobre aquella tierra donde Lao Cai dejó escrito un mensaje en el tiempo. Así se sucedieron los días, uno tras de otro, como pasan las nubes blancas y se colmatan de tierra los sueños.

(De "Poesía de los pueblos del agua". D.Milà )

miércoles, 25 de abril de 2012


De qué le vale al hombre arrancarse los ojos, borrar los labios y perder la palabra. Dibuja cuanto eres en un gesto, mira sin mirar la luz  que te llama, nombra las cosas tan despacio como puedas y vive el tiempo como si fuera esencia de agua.

Y si te rompen los adentros en un golpe seco de ira desatada, y te sangran la memoria y te revientan el alma , entona entonces este poema y desgarra los versos con el filo desnudo de tus lágrimas.

Y aprenderás de la dignidad si se llevan la esperanza. Guardarás la risa si te roban la palabra. Y aunque nunca olvidarás al otro, después de todo, ama, ama, ama, como si te fuera en ello la última mañana.

(De "Poesía de los pueblos del agua". D. Milà, 2011)

viernes, 13 de abril de 2012


2. "Desconsuelo"

Se había desatado la ira pero el desencanto venía de lejos. Venía de las heridas abiertas por lenguas extrañas que se revelaban contra el olvido y la desmemoria como fantasmas de un alfabeto muerto. De nada sirvieron escritos que concienzudamente se fueron depositando en las grietas de los muros, ni pilares de plomo inciso moldeados en la fragua de la magia, ni acaso voces negras que clamaban justicia en el desierto. El secreto desvelado de los viejos libros no hubiera levantado los cuerpos sedientos que yacían por la geografía del fracaso, tampoco lo habría hecho la razón descarnada. Era todo lo mismo. Daba todo igual en la cadena de desconsuelo que se había instalado en el sentimiento de las gentes.

miércoles, 11 de abril de 2012


... Cómo decir que la conciencia es una lluvia que cae de madrugada. Una suerte de lágrimas para un mar de sueños líquidos y noches claras, para una aurora verdeazul inmensa de besos y algas.


(De "Poesía de los pueblos del agua" D. Milà, 2011)
1. "La crisis"

Hubo un tiempo que convinieron en llamar "la crisis" (como si la crisis fuera un virus desnudo que asoma repentinamente su exoesqueleto de realidad). Palabra griega que como tantas otras se acomoda a los hechos con distinta suerte que origen, en un doble nacimiento. Las palabras no debieran nacer dos veces. Pudo ser a finales del segundo milenio, en esta convención antigua de segregar las cosas, cuando los hombres se sucedían unos a otros inmersos en un engranaje dentado de angustias, de sinrazones, de días envueltos en grasa ocre por el artilugio de la vida que giraba hacia un punto imaginario que llamaron felicidad.
Los menos, escapaban de esta esclavitud a duras penas no sin pagar un alto precio por la osadía de lo que era uso, costumbre y aún creencia de los muchos en suponer que tal abandono conducía a un estado de la nada llamado libertad, tan peligroso.
Se trataba de vencer al tiempo. Un ente de sustancia etérea incapaz de ser descrito por las palabras. Éstas se significaban unas a otras ya que solas carecían de sentido. Para usarlas como armas arrojadizas se levantaron torres gigantescas de ideas hasta los mismos muros que se creía bordeaban los límites de felicidad, (un estado cada vez más pequeño según las últimas mediciones realizadas al efecto), donde a menudo se refugiaba el tiempo.
Pocas veces se dejaba al azar el más mínimo detalle y cuando pasaba el resultado era fecundo.Se atribuía el suceso a cierto benefactor ultraterreno afecto al espejo de la verdad. Y la pregunta iba de boca en boca llenando el vacío cotidiano que deja el miedo sin respuesta. "¿Hasta cuando?".

jueves, 1 de marzo de 2012

Artículos



"Big Rip"            

Ayer no era consciente de mi destino. Aunque feliz en los andares, recorría caminos llamados a la implosión. A un eterno desandar de lo vivido. A un gran cataclismo cósmico que nos lanzaría por los túneles del estreñimiento espacio-temporal dejándonos tan vacíos como la materia de la que estan hechos nuestros sueños.
Yo era un ferviente seguidor del Big Crunch (ver artículo del 2008 en este mismo blog). Un acólito sectario maravillado por el reino de la implosión. Casi un hincha planetario en la redondez de mi concepción universal. Alguien que estaba dispuesto a partirse el alma por defender a ultranza la teoría sobre el final del universo.
Sin embargo ahora, una crisis estructural me zozobra la materia oscura del cerebro y me deja con el centro de gravedad sensorial tirado por los suelos.
Resulta que según ciertos cálculos matemáticos y las nuevas investigaciones cosmológicas, el universo se aleja de si mismo con tanta rapidez como nosotros lo hacemos de los antidisturbios. La maravilla es conocida como el Big Rip, algo que tiene nombre de medicamento contra la gripe, de panacea antivírica, de soledad sin fín.
De ser cierto ya no moriremos todos juntos, desandando lo recorrido en un mundo inverso que nos lleve a las fuentes de la materia, contraídos en un útero conmocionado y caliente cual sopa primordial de materia y energía. Moriremos más solos que la una, desgarrándonos la memoria como auto-caníbales o gigantescos saturnos devorados por unas neuronas asesinas en un desquiciado baile de mordiscos y pensamientos alienados. Solos y anchos. Pasando del sueño constreñido de un universo de verano a la pesadilla fria de un mundo inflaccionario después de navidad. Solos y fríos. Acojonados.

                                                                                                            Delmundo Milà.