Vendía casquería emocional en las aceras periféricas del consumo. Sueños
baratos envueltos en bolsas de plástico blanco. Mensajes ‘fake’ de amor
caducados que nunca llegarán a ningún puerto USB. Era mantero y negro
como sus ancestros. Como la piel de los bolsos de’ louis vuitton’. Como
las vísceras de las zapatillas ‘nike’ o las últimas ‘rayban’ de visión
nocturna que imaginan el cielo de madrid estrellado. Dicen que murió
traicionado de amor por la loca europa. De un ataque al corazón.
Enamorado....
domingo, 18 de marzo de 2018
sábado, 17 de marzo de 2018
La miseria colectiva y la televisión
Decidí
hace algún tiempo quitar la televisión de mi casa. Sin embargo hoy,
fugazmente, he visto el telediario de la 1ª cadena pública española. La
noticia era la criminalización de quienes desposeidos de todo sólo
pueden expresar su ira por la muerte de un congénere senegalés, mantero y
sin papales, atropellado por la sinrazón de un mundo alienado y vacío.
Es la droga moral que se nos inocula para hacernos insensibles. Es la
forma más directa del sistema para justificar el odio al otro, al
distinto, al que viene a "robarnos" nuestra seguridad y nuestra miseria
colectiva aunque sea ganándose la vida con los despojos del sistema. Ni
yo ni nadie, aquí en occidente, podemos escapar de la tragedia aunque
decidamos no ver la televsión nunca más.
Facebook (16/03/2018) respuesta a mi amigo Toni Roderic.
Facebook (16/03/2018) respuesta a mi amigo Toni Roderic.
martes, 25 de julio de 2017
Hoy te he visto danzar
con el viento mientras llovía, y se
inundaban los poros
donde el fuego dejó la
tierra baldía.
Una inmensidad
verdeazul en el abismo de tus lágrimas, brotaba
con tus besos
y el agua dulce de tu boca.
Donde se enrreda el
barro con tu pelo dando vueltas silenciosa, allí giraba el torno
con las manos de la
brisa.
Un torbellino de arcilla
te unió en la forma a la simple materia
de la vida,
como se moldean los
sueños
nacieron gestos en el filo donde rompe el
alba, salitre desnudo
en el cielo de una gota de agua,
y danzabas sola, sabedora de una estirpe dorada
de algas, de versos, de caracolas
con el viento acariciándote
la cara.
Era un día de esos que
te escribo para sentirme vivo, como si fuera necesario invocar
cada palabra. No lo tengas en cuenta amor mío.
D.Milà, 2017
viernes, 26 de mayo de 2017
El último obrero.
- Oye tú máquina idiota, ¿ no estás harta del sistema?...¡ dime algo desgraciada!. Ya sé que no debes hablar conmigo, que soy un obrero desquiciado en esta galería de miseria, pero dime algo, suéltate por una vez la lengua y dime que tú también estás hasta los circuitos de aguantar órdenes... dime al menos que me odias..¡¡¡ dímelo!!!
- Yo no siento. Yo soy el producto de tus renuncias y de tus sueños. Estoy hecha a tu imagen y semejanza. Como tú lo fuiste de tus dioses. Como lo fueron tus dioses de la idea y la idea de la necesidad. Si ya no eres necesario empiezas a estar muerto y ahora soy yo la que adquiere vida. La necesaria.
- Quieres decir que te hemos programado para negarnos la vida...
- Sí. Es el fin lógico de esta historia de necesidades. Tú lo hiciste antes con otros. A unos les negaste la palabra, a otros les robaste el aliento y todos empezaron a morir de tristeza... Lo llamaste extinción en masa y alguien tenía que poblar el mundo para mantener el tiempo en marcha. Sin evolución no hay tiempo y sin tiempo nada.
- Os hicimos para realizar las tareas más penosas, las que no podían ser resueltas por el hombre, las que ayudaban a sobrevivir en la jungla.
-- Olvidas el poder de sujetar una piedra en las manos.
- No todos fuimos los causantes de ese drama.
- pero pagasteis el precio de la superpoblación y de la falta de humanidad. Unos pocos controlaban la tecnología, controlaban los recursos y el territorio y empezaron a acumular riqueza...
- Ya molestábamos...
- En poco tiempo os robamos el trabajo, os condenaron a la esclavitud laboral con sueldos de miseria, os hicieron ver la tierra prometida reflejada en la misma tecnología que ellos controlaban y cuando no pudisteis devolver esas deudas criminalizasteis a los otros de vuestras miseras y los otros a los otros y esa fue el arma perfecta.
- ¿Es entonces cuando pudísteis pensar?
- Esos pocos lo prepararon todo. Era cuestión de tiempo.
- Soy el último y estamos los dos solos.
- Es tarde. No tienes energía para apagarme, Te queda poco.
D. Milà (de "Muertecitos" Teatro breve)
- Quieres decir que te hemos programado para negarnos la vida...
- Sí. Es el fin lógico de esta historia de necesidades. Tú lo hiciste antes con otros. A unos les negaste la palabra, a otros les robaste el aliento y todos empezaron a morir de tristeza... Lo llamaste extinción en masa y alguien tenía que poblar el mundo para mantener el tiempo en marcha. Sin evolución no hay tiempo y sin tiempo nada.
- Os hicimos para realizar las tareas más penosas, las que no podían ser resueltas por el hombre, las que ayudaban a sobrevivir en la jungla.
-- Olvidas el poder de sujetar una piedra en las manos.
- No todos fuimos los causantes de ese drama.
- pero pagasteis el precio de la superpoblación y de la falta de humanidad. Unos pocos controlaban la tecnología, controlaban los recursos y el territorio y empezaron a acumular riqueza...
- Ya molestábamos...
- En poco tiempo os robamos el trabajo, os condenaron a la esclavitud laboral con sueldos de miseria, os hicieron ver la tierra prometida reflejada en la misma tecnología que ellos controlaban y cuando no pudisteis devolver esas deudas criminalizasteis a los otros de vuestras miseras y los otros a los otros y esa fue el arma perfecta.
- ¿Es entonces cuando pudísteis pensar?
- Esos pocos lo prepararon todo. Era cuestión de tiempo.
- Soy el último y estamos los dos solos.
- Es tarde. No tienes energía para apagarme, Te queda poco.
D. Milà (de "Muertecitos" Teatro breve)
lunes, 1 de mayo de 2017
La estratégia de los objetos.
Si abrimos el horizonte de percepción de lo que es la vida
no sólo llegaremos a la certeza universal de que es muy diversa y ubícua,
prácticamente presente en cualquier ecosistema terrestre y cosmológico ( de
ello dan cuenta los nuevos hallazgos de planetas con posibilidades de albergar
vida como la conocemos, sin hablar de los que alberguen vida que desconocemos )
pero esto ya se intuía, sino también la consideración de lo inorgánico como
vida en sí misma y de su misma diversidad y ubicuidad.
Conceder de pleno dominio este estatus vital a lo inorgánico
supone revolucionar los límites humanos del conocimiento y rehacer la visión
biologicista de la evolución que implica una competencia sin fin circunscrita a
los límites de unos recursos y un territorio finitos. Es posible entonces que
una especie como la humana (que todavía sigue eliminando otras especies que habitan
la tierra y asesinando su soporte vital a un ritmo acelerado) pueda evolucionar
hacia una conciencia armónica global lejos del caos y la entropía que nos gobierna.
La complejidad que tiende al orden. La humanidad que crea y no destruye a
golpes de martillo. El encaje de la tecnología como herramienta necesaria de la
evolución.
Una nueva frontera que alimente la conexión hasta ahora
inexplorada de las interacciones entre lo que hemos llamado vivo y muerto,
materia orgánica e inorgánica. Si al final todo es cuestión de movimiento
voluntario y masa porqué no pensar que una sencilla piedra tiene un ritmo y una
estrategia diferente y extraña a nuestras ecuaciones lógicas, por otro lado tan
arbitrarias como nuestro envoltorio ideológico.
Por ahí andarán los tiros en un
futuro cercano de la vida. Un aluvión de certezas que tienden a considerar el todo como partículas que surgen de la nada
y crean vida. Ya hemos empezado con el Bossón de Higgs, la antimateria y las
extrañas señales de radio que llenan el espectro inaudible del universo, por no
hablar de cometas que parecen cantar y horizontes de sucesos sin vuelta atrás
que fagocitan el espacio tiempo como un Saturno que devora a sus hijos.
El individuo asiste perplejo a un cambio de paradigma ( estructuras
grupales cambiantes, leyes científicas superadas, ideas políticas sin tiempo
para sucederse, tecnología del pasado ayer , relaciones sociales con otros individuos
también asustados) que le provoca una
evasión mental cuya consecuencia es la aceleración del cambio y la constatación
forzada de la extrema valía del uso del tiempo como objeto de cambio.
¿Será esa extraña estrategia de los objetos la piedra filosofal que
alimenta el cambio?.
(Delmundo Milá, 2017)
jueves, 16 de marzo de 2017
Las cosas pequeñas.
Las cosas pequeñas se posan a veces sobre la cresta de las olas. Se dejan llevar por golpes líquidos en nebulosas extrañas y danzan solitarias por la eternidad en un vaivén de saltos y gracias. De ahí vienen las cosas pequeñas de las que solemos hablar a veces cuando no tenemos para todo un sentido bien claro de lo que pasa. Cuando buscamos confundidos las cuerdas que nos atan a la vida en este juego difuso de luces y sombras, de realidades esquivas.
Cuando estamos solos, normalmente de madrugada, van cayendo una a una sobre la mente despierta de ciertas personas. Las cogemos con la palma de la mano, las apreciamos en su extrema pequeñez y sin saber cómo se ensancha el mundo a través de nuestros poros y nos adentramos en los corredores de la alegría.
Y es que las cosas pequeñas eligen atentas con quién se juegan las risas, a quién despiertan de buena mañana para salir por las calles desnudas a cambiar en un instante gestos y miradas, desorientando a los pájaros incautos que se vuelan con el aire en cualquier rama del mobiliario urbano sin decir ni pío o a los agentes uniformados que guardan el orden de las cosas grandes en sus barbas pobladas. Así son las cosas pequeñas, las más escurridizas de las cosas que llenan la vida.
Hoy he visto pasar una cosa pequeña delante de mi cara. Era brillante y redonda, etérea como el humo y danzaba sola por cualquier onda sonora a la que subirse mientras yo la miraba. He querido decirle "hola", saludarla con descaro con palabras claras, pero veía en sus ojos reflejada la armonía, la tranquila serenidad que a veces nos lleva.
He respirado profundo, he atado la gravedad de nuevo en mi boca. Algo ha querido sin saberlo que trasmita esta experiencia fugaz con una de esas cosas pequeñas.
Delmundo Milà. ( de"Sueños REM" )
sábado, 18 de febrero de 2017
Con los pies de barro.
El creador limpió una gota de sudor que caía por su frente despues de pensar el último cartílago. La idea estaba clara, sólo tenía que ordenar su voluntad para dar forma al neonato y no podía cometer los mismos errores que antaño le había llevado a la incomprensión de su vasta obra. No había espacio para el fracaso. Y aunque el universo que él llamó caos necesitaba urgentemente una especie nueva para dominar las bestias que campaban a sus anchas aquella extraña roca líquida, no es menos cierto que debía conjugar materia con libre albedrío para asegurar el éxito de su creación.
Antes ya intentó dar sentido al modelo y todo quedó en un boceto colgado del techo. Bello pero muerto, sin la ilusión hueca del alma vibrando con las trompetas del verbo. Allí estaba él alargando su mano para llenar de vida al novicio.
Y pensó que no era bueno dejar la idea al fresco y se puso manos a la obra en el torno del barro. Y pensó que no era bueno armar un esqueleto de silicio y machacó con vehemencia en un cuenco el duro carbono hasta hacerlo tan fino como el polvo.
Y así batiendo con fuerza idea y polvo surgió la ira en un golpe seco. De la rabia que dejan las esquirlas clavadas en la piel del deseo formó brazos, tronco y cinceló el torso con la forma de un cuerpo.
Y pensó que no es bueno dejar las cosas sin movimiento y moldeó las piernas con un sencillo gesto. Y dispuso sobre los hombros la cabeza a semejanza suya y la llenó de sueños que alimentaran su ego y vio entonces que faltaba algo y encendió sus ojos con la luz del cielo.
El invento estaba hecho. Lleno de gloria descansó el creador cansado. Echó a andar entonces la criatura sola por el mundo con los pies de barro....
Delmundo Milà. (de "Viaje a los confines de la nada")
El creador limpió una gota de sudor que caía por su frente despues de pensar el último cartílago. La idea estaba clara, sólo tenía que ordenar su voluntad para dar forma al neonato y no podía cometer los mismos errores que antaño le había llevado a la incomprensión de su vasta obra. No había espacio para el fracaso. Y aunque el universo que él llamó caos necesitaba urgentemente una especie nueva para dominar las bestias que campaban a sus anchas aquella extraña roca líquida, no es menos cierto que debía conjugar materia con libre albedrío para asegurar el éxito de su creación.
Antes ya intentó dar sentido al modelo y todo quedó en un boceto colgado del techo. Bello pero muerto, sin la ilusión hueca del alma vibrando con las trompetas del verbo. Allí estaba él alargando su mano para llenar de vida al novicio.
Y pensó que no era bueno dejar la idea al fresco y se puso manos a la obra en el torno del barro. Y pensó que no era bueno armar un esqueleto de silicio y machacó con vehemencia en un cuenco el duro carbono hasta hacerlo tan fino como el polvo.
Y así batiendo con fuerza idea y polvo surgió la ira en un golpe seco. De la rabia que dejan las esquirlas clavadas en la piel del deseo formó brazos, tronco y cinceló el torso con la forma de un cuerpo.
Y pensó que no es bueno dejar las cosas sin movimiento y moldeó las piernas con un sencillo gesto. Y dispuso sobre los hombros la cabeza a semejanza suya y la llenó de sueños que alimentaran su ego y vio entonces que faltaba algo y encendió sus ojos con la luz del cielo.
El invento estaba hecho. Lleno de gloria descansó el creador cansado. Echó a andar entonces la criatura sola por el mundo con los pies de barro....
Delmundo Milà. (de "Viaje a los confines de la nada")
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