jueves, 16 de marzo de 2017


Las cosas pequeñas.

Las cosas pequeñas se posan a veces sobre la cresta de las olas. Se dejan llevar por golpes líquidos en nebulosas extrañas y danzan solitarias por la eternidad en un vaivén de saltos y gracias. De ahí vienen las cosas pequeñas de las que solemos hablar a veces cuando no tenemos para todo un sentido bien claro de lo que pasa. Cuando buscamos confundidos las cuerdas que nos atan a la vida en este juego difuso de luces y sombras, de realidades esquivas.
Cuando estamos solos, normalmente de madrugada, van cayendo una a una sobre la mente despierta de ciertas personas. Las cogemos con la palma de la mano, las apreciamos en su extrema pequeñez y sin saber cómo se ensancha el mundo a través de nuestros poros y nos adentramos en los corredores de la alegría.
Y es que las cosas pequeñas eligen atentas con quién se juegan las risas, a quién despiertan de buena mañana para salir por las calles desnudas a cambiar en un instante gestos y miradas, desorientando a los pájaros incautos que se vuelan con el aire en cualquier rama del mobiliario urbano sin decir ni pío o a los agentes uniformados que guardan el orden de las cosas grandes en sus barbas pobladas. Así son las cosas pequeñas, las más escurridizas de las cosas que llenan la vida.
Hoy he visto pasar una cosa pequeña delante de mi cara. Era brillante y redonda, etérea como el humo y danzaba sola por cualquier onda sonora a la que subirse mientras yo la miraba. He querido decirle "hola", saludarla con descaro con palabras claras, pero veía en sus ojos reflejada la armonía, la tranquila serenidad que a veces nos lleva.
He respirado profundo, he atado la gravedad de nuevo en mi boca. Algo ha querido sin saberlo que trasmita esta experiencia fugaz con una de esas cosas pequeñas.

                                                                                 Delmundo Milà. ( de"Sueños REM" ) 

sábado, 18 de febrero de 2017

Con los pies de barro.

El creador limpió una gota de sudor que caía por su frente despues de pensar el último cartílago. La idea estaba clara, sólo tenía que ordenar su voluntad para dar forma al neonato y no podía cometer los mismos errores que antaño le había llevado a la incomprensión de su vasta obra. No había espacio para el fracaso. Y aunque el universo que él llamó caos necesitaba urgentemente una especie nueva para dominar las bestias que campaban a sus anchas aquella extraña roca líquida, no es menos cierto que debía conjugar materia con libre albedrío para asegurar el éxito de su creación.
Antes ya intentó dar sentido al modelo y todo quedó en un boceto colgado del techo. Bello pero muerto, sin la ilusión hueca del alma vibrando con las trompetas del verbo. Allí estaba él alargando su mano para llenar de vida al novicio.
Y pensó que no era bueno dejar la idea al fresco y se puso manos a la obra en el torno del barro. Y pensó que no era bueno armar un esqueleto de silicio y machacó con vehemencia en un cuenco el duro carbono hasta hacerlo tan fino como el polvo.
Y así batiendo con fuerza idea y polvo surgió la ira en un golpe seco. De la rabia que dejan las esquirlas clavadas en la piel del deseo formó brazos, tronco y cinceló el torso con la forma de un cuerpo.
Y pensó que no es bueno dejar las cosas sin movimiento y moldeó las piernas con un sencillo gesto. Y dispuso sobre los hombros la cabeza a semejanza suya y la llenó de sueños que alimentaran su ego y vio entonces que faltaba algo y encendió sus ojos con la luz del cielo.
El invento estaba hecho. Lleno de gloria descansó el creador cansado. Echó a andar entonces la criatura sola por el mundo con los pies de barro....    

                                                                       Delmundo Milà. (de "Viaje a los confines de la nada")

lunes, 16 de enero de 2017

(De la verdad de Eva)

Nada estaba escrito. Le largaron al mundo sin darle guión ni aliento. Le dijeron que había otras como ella. Y buscó la paz de las otras debajo de las piedras. Y la soledad de pronto cubrió su cama,  y acarició el sueño de ser otra. Y las otras le robaron poco a poco las entrañas.

Sin corazón que la guiara abrazó la fe de las hipócritas, reventó la razón a dentelladas, cazó a mordiscos las estrellas una a una con rabia y exhausto el cielo destrozado se vino abajo en una tormenta de noche líquida.  

Sin tierra que alimente el árbol de la vida se agarró desnuda al vientre de la nada, sin nadie que llene su alma vacía, se fundió con gritos al viento del alba.
Y avanzó por remolinos púrpura hasta la playa de las ahogadas.

Allí el viento azul la dejó preñada, llena de ondas marinas en un vaivén de arenas blancas se fue formando su cuerpo, se fue armando la arquitectura del agua.
Hasta donde abarcaba la mirada se decía la vida, se giraban las lenguas con el ritmo de las olas y fue glorioso el mar embravecido quien la envolvió en una coraza de caracolas.

Una explosión de sonido diluvió entonces el agua, llovió de la playa al cielo, se submergieron las nubes en un aluvión de besos y algas.  

Y quiso que nacieran los mares con sus lágrimas. Y fundieran los versos con el aire y el mundo navegara el cielo inverso en una sinfonía de vida. Esa fue la voluntad de Eva. La mayor victoria que recuerdan los siglos sobre la nueva tierra.


Así vivió cien mil años Eva, sola, en el paraíso. 

                                                                                      ( Delmundo Milà de "Viaje a los confines de la nada")

lunes, 26 de septiembre de 2016

Del estado de las cosas.

Hemos llegado donde estamos, que aunque parezca una simpleza no lo es, Hemos evolucionado, o involucionado,y aunque nunca sabremos si arriba es abajo o abajo arriba,  si que sabemos que estamos en algún sitio y es ahí donde precisamente digo que hemos llegado. Porque la cuestión es llegar y partir al mismo tiempo dejando huella de quienes somos y de lo que hacemos. Esa actividad habla de nosotros mismos y un cuchillo será una herramienta para mondar una naranja o para quitarle la vida al próximo.
Gana entonces sentido la idea de la evolución vista como un árbol. Las raíces, el tronco principal y las ramas que sucesivamente van conformando la silueta de este ser vivo, que como todos, nace, crece, se reproduce y muere. Gana sentido la evolución de las especies que evolucionan no ya de un solo tronco, sino de unas raíces que alimentan la vida global del ser vivo en crecimiento. Unas se secan, otras medran para llegar alto. Gana sentido el suelo que lo protege, el cielo que lo cubre y el sol que permite su existencia.
Y si retrocedemos en esta cadena de permisos que también conforma la clave de nuestra existencia como seres vivos llegamos al mismo punto de no retorno del estado de las cosas, entiéndase como el compendio de la esencia de la vida. Lo que quiero decir es bien sencillo, o a mí me lo parece, que tan importante es una célula como un gramo de silicio. Y si la materia es indestructible, así mismo lo es la vida, que aparece o se extingue por pura adaptación a ese estado de las cosas,  llamadlo materia o energía o inspiración o como quiera el ánimo de cada cual llamar a las cosas, o separad del todo la parte o dadle las vueltas hasta no saber si arriba es abajo o abajo es arriba.
En fín, o en principio, es posible que por el ciclo infinito de sucesos ande el estado de mis cosas. Y sea yo un compendio de todas las especies que han poblado sin cesar un punto y en ellas me explico y me vivo y venga mi poesía y acaso me extinga de nuevo para llegar a ser el otro que sin mi, sin nosotros, sin aquellos, nunca, nunca fue siquiera nada.


                                                    Delmundo Milà (  de “Viaje a los confines de la Nada”). 

domingo, 19 de junio de 2016

La tierra prometida.

Cuando te asalta la poesía sólo dispones de unas cuantas palabras precisas  y el máximo compromiso para decirlas , es como si te fuera en ello una parte de la existencia… sólamente despues, cuando todo aparece moldeado en tu visión, descansas.
Delante de ti la extrema desnudez de una realidad baldía, un aluvión de poros abiertos para alumbrar al recién nacido y el reflejo de la luz en la piel de los cuerpos que brotan. Es así, de la única manera en que se labra la forma de la tierra prometida. Así. 

lunes, 14 de marzo de 2016


Geografía

Hay una geografía de los lugares propios, casi imperceptibles, que componen el mapa de  nuestro mundo como personas. Yo mismo sé de ese espacio que se ha ido reduciendo al que ahora  soy y conforma el relieve de mi corteza humana.

El mismo día que cumplí cinco años se ensanchó la noción de mi mismo, de buena mañana, cuando se aparece el contorno de las cosas en movimiento y las nubes blancas dibujan en el ambiente limpio de agosto un  juego de sombras.

 Ese momento de  conciencia  en que todo se dispone perfecto para revelarse sobre el fondo azul de una ventana abierta. No debe haber viento para que no se vuele la memoria. Hay que estar recién duchado, dispuesto como un niño con pantalones cortos, borracho de colonia , camisa blanca de cuello redondo y las botas altas de cuero, posiblemente heredadas.

Puede tocarse el  pasamanos de la escalera como quien acaricia la madera lacada, con los ojos  de los dedos bien abiertos para oler la sustancia que destilan las astillas. Un lenguaje interno que susurra a los sentidos de quienes siempre están atentos a la vida.

Nadie diría ( porque a nadie le importa) que estoy enfrente de la puerta de mi andana. Ya sabeís que es una puerta cuarteada, como si en cada esquina se contuviera la forma perfecta de una estancia, es un decir, para no decir que nunca he visto puerta más bonita y que al atravesarla sé que no volveré a ser el mismo niño con las botas heredadas. Luego seré otro ya veréis y nunca más soñaré con mi andana.


He cerrado la puerta . Tengo cincuenta años y estoy al otro lado de mi infancia.
                                                                     
                                                                                                                    Delmundo Milà,

martes, 7 de julio de 2015

Carta abierta a la rebelión de la especie

No estamos para ensoñaciones, no hemos venido a este mundo posible para vagar como sonámbulos por los corredores de la miseria colectiva, no transitamos las carreteras del insomnio hacia ninguna parte. Sabemos que el mundo es pequeño, somos muchos y deseamos habitarlo hasta en el más pequeño de sus confines. Es nuestra herencia, abarcar el hoy sin confundir el tiempo con el espacio. Es nuestra profunda rebelión al sueño desquiciado del ego.
No queremos ensoñaciones  huecas . Somos caminantes con sandalias de esparto. Los otros sin ti no son nada. Tendrás que comprenderlo, amigo, necesito ser oído en mi resistencia para que tú puedas existir. Pero no habrá camino sin tránsito, ni ciudades sin sueños, ni planeta sin palabras. Hemos de construir lo nuevo con cimientos de memoria y ladrillos de sueños, con el sueño profundo de una especie que no se resigna a ser engullida en la barbarie de unos pocos. La guerra y la destrucción ha sido el legado. No nacimos para durar mil años. Somos muchos para construir la ciudad de lo posible. Un lugar llamado mundo.

El legado de la memoria es un libro de texto abierto, reescribámoslo, resistamos al guión preestablecido con nuestra existencia, una sola existencia es un grito de humanidad inconclusa, una voz que tiene que ser oida para preservar otra existencia. 

                                                                                        de "Sueños REM" 2015