martes, 12 de marzo de 2024

Homenatge als xiquets de Gaza. Esculptura de pedra en sec. "Sísifo aguantant les runes de Gaza" Delmundo Milà Març 2024. El Montesico. Bunyol.

sábado, 9 de marzo de 2024

Niños y Milaicas

Plon. De vez en cuando y siempre esperado, ceno en casa con Modesto Valiente. Una cena de las de antes, de esas que te llenan de camaradería hasta las entrañas y en las que repasas como una letanía los recuerdos que compartimos desde que éramos unos cagamandurrios, alimentando entre chorizos de jabalí y buen vino, memoria y amistad. Moguttu es el nombre de guerra de mi amigo y viene de esa forma tan peculiar que tenemos los vecinos de Buñol de reconocernos entre nosotros, atropellando las sílabas a chorros de sonido como si alguien quisiera robarnos nuestra esencia tribal. Un lenguaje nuestro como el de tantos otros pueblos de esta geografía descarnada que va perdiendo almas y palabras a ritmo vertiginoso de aculturación. Hablamos en buñolero para reconocernos (sería imposible hacerlo de otra manera) y se conjura entonces, entre risas cómplices, el torbellino emocional de revivir ciertas palabras y gestos que de no ser dichos pasarían a la nube del olvido. Una de esas joyas es la palabra «Plon». Expresión acompañada del gesto consistente en mover la mano al aire de arriba a abajo en un golpe seco ( una sola vez.) que utilizábamos para empezar la cancioncilla que elegiría al personal del juego en cuestión. Cada sílaba de la cancioncilla recaía sobre cada uno de los jugadores situados en corro alrededor de la/el entonante y acabada la canción, aquel sobre el que recaía la última sílaba era el elegido o el eliminado. Ejemplo: «Plon! Rosa con rosa florida y hermosa, la más florida la más hermosa, ustedes escojan» o «Plon! Debajo un puente había un presidente, bajó Pepito tocando el pito, sino lo toca bien, se salvará usted». Plon no se recoge en el diccionario de la RAE ni en el Diccionari de la llengua Catalana. En cierto municipio de Palencia, Cobos de Cerrato, cuya villa más importante es Baltanás aparece el término Plon ( recogido en un listado de palabras antiguas en desuso) con el significado de dejar la puerta abierta de par en par, «dejar la puerta en Plón». Nuestra velada acabó con la palabra «Libraera» en la boca, llenos de risas y vino, con la puerta abierta de par en par para despedir al amigo y el gusto de haber renacido de las cenizas que deja el tiempo en el lenguaje para mayor gloria de aquellos años en que fuimos «niños» y «milaicas». (De aquellos maravillosos años. D.MIlà)

lunes, 5 de febrero de 2024

Presentación del poemario "Viaje a los confines de la nada". Casa de la Cultura de Macastre.

En 2008 realicé el pregón de las fiestas de Macastre, un pueblo muy querido por mí. Este es el texto de ese día. Pregón fiestas de Macastre, Agosto de 2008. "Y va a uno y le toca ser pregonero, como si eso fuera tan normal como respirar. Y entonces se le remueven las tripas, a uno, o el alma, y le toca largar de aquellos con quienes convives más horas al día que con tu mujer y tu hijo. Y dices –“bueno, sí, si total sólo habrá que hablar bien del pueblo y de las gentes que estimas y quieres hasta perder el habla”-. Y te das cuenta que te has pasado veintitres años escuchando a esos a los que ahora te piden que les digas que los estimas hasta perder el sentido. Y lo haces porque el placer es inmenso. Y aunque sólo sean cinco minutos la tarea es ardua. Y te pones a escarbar en las gentes, en su memoria, en los días que pasaste con ésta u otra persona, hablando de todo menos de la faena, o de lo dura que es la vida, o de los hijos, o de las conversaciones cotidianas, que también tienen su sentido de camaradería. Y no olvidar que aún existe la educación, la lealtad, las ganas de querer vivir al otro. Y vivirnos juntos. Como si ser un pueblo no tuviera su importancia. Y no pasar como un suspiro por esta vida que a veces no es más que eso, vida, por mucho que hinchemos los números y le pidamos peras al olmo cuando no eran sino garrofas. Y entonces se te aparecen caras que has dejado de ver. Escuchas voces que oíste todos los meses. Historias que contaron y te las llevaras a la tumba por algo más que el secreto bancario. Por pura lealtad. Porque a veces las miserias humanas y las alegrías son sólo eso, historias confusas. Y quieres decir tantas cosas que no dices nada. Y total, para qué –te preguntas- y te salen más recuerdos. Un chorro humano de memorias con las que se alimentan las horas. Y al final confundes quién eres y de dónde vienes. Y en un arrebato de querer, quisieras ser de aquí. Pertenecer a estos que en momentos difíciles te lo dieron casi todo y aunque pasen cien años no conseguirías devolver casi nada. Y te toca ser sincero. Desnudarte un poco, aunque sea , delante de esas personas que te miran y hablar de tus sentimientos. Y decir que el espíritu aún anda joven y que ¡vaya con estas fiestas!. Y que se pondrá la luna en la Fuente Grande como se te ponía cuando eras un poco más joven. O como cuando te amanecía en la Plaza de los Arboles. La verdadera plaza de la Hoya. Y te toca ser sincero y decir que vendrán los veraneantes y llenarán la travesía de las muchachas más bonitas y las noches más largas. Y que transitarás con besos esa manera de entender un agosto, como pocos saben hacerlo a la sombra de un castillo que también tuvo sus días. Y te toca decirlo en inglés, en rumano, en francés, quién sabe la manera de decirle al otro que se venga para acá. Que llene el pueblo de alegría, de madrugadas, del otro necesario, del nosotros fugitivo, de lo diverso, de la riqueza con que se puebla la esperanza. Y quieres decir tantas cosas que te confundes de días y ahora son fiestas. Y aunque sabes que el horno nunca estuvo para bollos, habrá bollos y vino, y aunque sabes que vendrán mañanas tan solas de febrero en esta plaza de los árboles sin hojas, habrá música y risa, boleros y roces, más cuernos y más vida. Y como te conoces y sabes cómo te gusta hablar y hablar, como puedas, a quienes estimas, y cómo te gusta la fiesta ( y la mejor en esta plaza), y las verbenas y la Plaza Nueva, y la de Los Toros, y Socaña, y el Río Magro con agua, y Cuerna límpia. Y la Hoya colgada por unos días de los sueños de más de mil quinientas almas con las que se llenan las palabras: “Macastre son fiestas”. Delmundo Milá.

martes, 23 de enero de 2024

Asaltaremos los palacios de invierno

Dame una palabra y construiré el mundo, sólo hará falta que tu estés a mi lado, que sientas el lento gemido del adjetivo perfecto, del verbo cargado de deseo. La palabra será nuestro ADN vivido, el surco cristalino que se vierta en tu mano. La letra necesaria, el silencio compartido. Esta realidad que moldeamos cuando sólo existe el conflicto. Cuando se aman dos cuerpos ausentes en tiempos fingidos. Si quieres podemos rastrear el desencanto. Podemos desdecir los versos huecos. Denunciar el tiempo con un grito necesario. Desurdir esta impostura y resistir al olvido. Nos llenaremos de realidades compartidas, de relatos que vienen de lejos. Renaceremos con adverbios las pasiones, si quieres, en un vuelo interminable con tu aliento. Asaltaremos los palacios de invierno, como Celaya, con versos cargados de futuro. Eso haremos, amor mío, sólo con palabras y besos. (de “Poesía del silencio”. Inédito D. Milà)

domingo, 14 de enero de 2024

Artículo opinión diario Levante 31/12/2023 "El tiempo de las cerezas". A. Cervera

Alfons Cervera El tiempo de las cerezas València | 31·12·23 | 05:00
El tiempo de las cerezas. Levante-EMV Cuando se acaba el año es como si cambiásemos de mundo. Y antes de cruzar el que ahora vivimos, nos embargan las cuentas pendientes, las que no hemos podido resolver como nos habría gustado, todo eso que se quedó en blanco en las agendas de nuestras expectativas más o menos reales o inventadas. El deseo de ser piel roja, como escribía Kafka, para que lleguemos a las praderas ligeros de equipaje, libres de ataduras. Hay quien ve también, en ese brevísimo relato, la angustia de una vida permanentemente abocada al abismo. O un tiempo nuevo a nuestro favor o el apocalipsis. Siempre en la línea divisoria. En la duda. Siempre estarán al acecho los profetas que nos dirigirán al sitio en que ellos cortarán el bacalao y a los demás apenas nos llegará la espina reseca para compartirla a medias con los gatos. Pero no importa, por desear que no quede. En unos días llegarán los reyes magos con las alforjas a tope de regalos. La vida es bella. A las calles les crecerán techos sólidos para que nadie se quede como un témpano las frías noches del invierno. Rezad quienes sepáis para que llueva y se llenen los pantanos, como otros rezan, rosario en mano, para que se vaya a hacer puñetas el gobierno. El camión de la libertad nos espera esta misma madrugada para que a nadie le falte una buena caja -o dos- de botellines de cerveza. La vida es bella, ya lo dije. Cantemos aleluya con Leonard Cohen. Cantemos aleluya. Esta noche las plazas se llenarán de alegría, de campanas al vuelo, de futuros robados a las incertidumbres del desvelo. Buscaremos el mejor castillo en la playa para construir los sueños que se quedaron enterrados en la piedra. Todos los carteles bien iluminados anunciarán la buena nueva: Feliz 2024. Todos esos carteles derramarán la luz de mañana para que esta noche sea como ese resplandeciente día boreal que no se acaba nunca. Ahí empieza todo. Mis deseos sobre eso que llamamos, tal vez con demasiado énfasis, futuro. Un año más para que mirar atrás no sea algo inútil a la hora de pensar en ese futuro. Busquemos esa trocha boscosa donde encontrar un lugar en que no nos sorprenda la realidad cruel de una emboscada. El pasado nos enseña que no somos nada si alguien no nos acompaña en el viaje. Vivir de uno en uno no es vivir sino una derrota anunciada de antemano. Decía María Zambrano, hablando de Unamuno, que “la vida es tragedia siempre”. Pero ahí está, aunque parezca una extraña paradoja, lo mejor de un pensamiento que arrumba ese individualismo perverso que cantará victoria si todo sigue igual, lo mismo que hasta ahora. Porque a partir de esa certidumbre unamuniana se nos desvelará, en boca de una pensadora que deberíamos invocar a cada paso, otra posibilidad de encarar lo de mañana, lo del año que está a la vuelta de la esquina: la vida es “esa vida en la que estoy con otros en una relación especial que me determina”. El neoliberalismo depredador que lo invade todo nos quiere individuos aislados, robots como los que pones a andar por el suelo de la casa, seres tristemente acostumbrados a la obediencia ciega. Y no deberíamos caer en esa obediencia. Nunca la ceguera. Siempre con los ojos bien abiertos. Alertas. Y con la voz en alto. Acuérdense de cuando en la pandemia hablábamos de lo común, de cuando defendíamos apasionadamente la importancia de lo público por encima de los intereses privados, la urgente superación de ir cada cual a la suya sin tener en cuenta que somos siempre parte no hecha trozos de lo colectivo. Qué lejos quedan los fervorosos deseos de cuando la inquietante presencia del bicho parecía habernos hecho más humanos. Aun así, mirar por el agujero del tiempo y descubrir que la esperanza es lo último que se pierde, que el viejo y para mí inolvidable y revolucionario “tiempo de las cerezas” puede seguir siendo el que nos junte a la búsqueda de una vida que no nos avergüence, que esta noche deje de ser una frontera entre el pasado y el futuro y se convierta en ese presente que sea de verdad un tiempo de iguales y no todo lo contrario. La bella canción de Jean Baptiste Clement: “Siempre amaré el tiempo de las cerezas, y el recuerdo que guardo en el corazón”. Cuando se acaba el año es como si cambiásemos de mundo. Pensar en las ausencias que nos dejaron el alma hecha unos zorros. Pero también en lo que hay por descubrir y que hasta ahora, por unos u otros motivos, nos pasó desapercibido. Aquí los versos de mi amigo Delmundo Milà, tan radicalmente hermosos: “…no habrá camino sin tránsito, / ni ciudades sin sueños, ni planeta sin palabras”. Salvar esos sueños y las palabras que los dicen. Desvelar la impostura y los engaños de quienes sólo piensan en sacarle las tripas a la felicidad. Mañana será otro día. Ojalá que mejor que ayer. No lo sé. Pero sé que la vida, como decía María Zambrano, será una vida en la que a pesar de lo difícil siempre estaremos con otros. Ahí nos encontramos, ¿vale? Ahí nos encontramos.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Reseña Periódico Tucomarca.com

Una repleta Sala Raga del Molino de Galán, en Buñol, ha acogido la presentación en público del segundo libro del polifacético escritor y guionista buñolero Delmundo Milà que acaba de ver la luz con el título de “Viaje a los confines de la nada” y que nace al amparo de la nueva editorial «La poesía es nutritiva», que el propio autor impulsa junto a Domingo Martínez, quien también participó en la presentación desarrollada el pasado viernes. El acto de presentación del nuevo libro de Delmundo Milà ha contado también con la participación del poeta y escritor Alfons Cervera, quien realizó una detallada y emotiva lectura de la nueva obra de Delmundo Milà, autor que recordó con emotividad y muy buen humor parte de su infancia y de sus vivencias durante el evento. El trombonista Modesto Valiente aportó su música a la lectura de los poemas y al acto con la composición e interpretación de las obras «La Nada», «Los niños de Ramala» y «Déjese llevar»; algunas de las cuales fueron recitadas por Marian Martínez y por Verónica Espert. Tras ‘Del mundo en mí (y otros extraños)’, ‘Viaje a los confines de la nada’ es el segundo libro de Delmundo Milà; un trabajo «poético retrospectivo, en formato de cuaderno de viajes», como el mismo autor lo definía en la entrevista publicada días atrás por tucomarca.com, fruto de la introspectiva visita que el autor realizó a la isla de La Palma.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Presentación de mi nuevo libro "VIAJE A LOS CONFINES DE LA NADA". Biblioteca Municipal de Buñol, Valencia. 

Quiero agradecer a la Biblioteca Pública de Buñol la excelente organización del evento desarrollado en la Sala Raga la tarde del viernes 1 de diciembre de 2023. El cariño de Francis Ruiz, bibliotecario, amigo


y también poeta, por su acogida y desvelo para que todo estuviese dispuesto en el lugar oportuno a la hora prevista.

Agradezco también a Alfons Cervera, escritor y amigo, su detallada y emotiva lectura de la obra. Sin duda un lujo literario que no puede pasar desapercibido y que aparecerá en el prólogo de la segunda edición.

A Modesto Valiente, "Moguttu", por la composición e interpretación al trombón de varas de las obras "La Nada", " Los niños de Ramala" y "Déjese llevar". Sobre las cuales se efectuará una grabación para incorporarlas en la segunda edición.

A mi compañero de Colección literaria, Domingo Martínez, por las risas previas, maquetación y su genialidad en "La poesía es nutritiva", título con el que nos embarcamos en esta apuesta por dar alimento a las nuevas voces jóvenes que desborden nuestro aliento.

A Marian  y Vero Espert, actrices de Siete Aguas y Buñol, que prestaron sus voces en la interpretación de los poemas, "Déjese llevar" y "Los niños de Ramala", pertenecientes el primero al libro " Del mundo en mí y otros extraños", 2008 y " Desde el silencio", obra inédita y próximo libro.

A Ana Criado Zahonero, Ana Cezeta, diseñadora de arte y más que familia, por su genial creatividad en la composición de la portada del libro. 

A mi madre por el codoñate y prestar su imagen en "Quiero Amor y Libertad", a Marisa por los alimentos del cuerpo y del alma, a mi hermano Mario por la realización de las imágenes. A mis hermanas Inés y Laura. 

A todos los asistentes al evento, que casi en un centenar llenaron con algo más que su presencia y cariño la Sala Raga. Una tarde poética de diciembre que permanecerá en mi memoria para siempre.